Daniela Alanis Mendez
19 nov 2025
Un día para recordar que la salud, la dignidad y la vida de los hombres también importan.
Cada 19 de noviembre, el mundo detiene por un momento su ruido cotidiano para mirar a un grupo que suele cargar con silencios, expectativas y responsabilidades que pocas veces se nombran: los hombres. El Día Internacional del Hombre no es un homenaje vacío ni una fecha en competencia con otras causas; es un recordatorio de que detrás de cada padre, hermano, hijo, amigo o compañero, existe una historia que también merece ser cuidada.
Esta conmemoración, reconocida desde 1999, nació para poner sobre la mesa algo que durante años permaneció oculto: la salud física, emocional y mental de los hombres importa. Y no sólo importa, sino que exige atención urgente. La sociedad ha avanzado en muchas conversaciones, pero aún pesa la idea de que ellos deben ser fuertes, invulnerables, inquebrantables. La realidad es otra.
Las cifras hablan por sí solas. La tasa de suicidio entre hombres triplica la de las mujeres. Viven, en promedio, entre cuatro y cinco años menos. Son más propensos a enfermedades cardíacas, cáncer de pulmón y a permanecer en silencio frente al dolor emocional o la violencia que sufren.
No es que “no quieran hablar”; es que durante décadas se les enseñó que hacerlo era sinónimo de debilidad. Por eso este día llama a reconocer que los hombres también necesitan espacios seguros, acompañamiento y la libertad de decir “necesito ayuda” sin miedo al juicio.
Esta fecha también es un homenaje a los hombres que día a día aportan a sus familias y comunidades. Hombres presentes, sensibles, trabajadores; hombres que educan con el ejemplo, que escuchan, que construyen desde la empatía y no desde la imposición; hombres que rompen estereotipos y que entienden que la fortaleza también está en reconocer la propia vulnerabilidad.
Padres que crían con amor. Jóvenes que se replantean cómo quieren vivir su masculinidad. Profesores, médicos, obreros, albañiles, conductores, artesanos, policías, bomberos, estudiantes y trabajadores de todos los ámbitos que sostienen, acompañan y aportan al país.
El Día Internacional del Hombre no busca aplausos superficiales. Su objetivo es abrir conversaciones que salvan vidas, impulsar la igualdad desde ambos lados y recordar que el bienestar masculino también es un asunto social.
Es, sobre todo, un día para mirar a los hombres de nuestra vida y reconocer lo que muchas veces damos por hecho: su esfuerzo, su presencia, su entrega, sus silencios, sus batallas internas y su deseo de ser mejores.
Un día para que sepan que no están solos; Que este día no pase desapercibido,
que sirva para abrir conversaciones, sanar heridas y derribar estigmas que por generaciones han pesado sobre ellos.
Y que cada hombre —sin importar su edad, su historia o su lucha— sepa que tiene un lugar, una voz y un valor incuestionable en este mundo.
