
Daniela Alanis Mendez
8 sep 2025
El diseñador cambió para siempre la sastrería masculina y femenina con su elegancia minimalista.
El mundo de la moda se encuentra de luto tras la muerte de Giorgio Armani, quien falleció a los 91 años en Milán. Considerado uno de los diseñadores más influyentes del siglo XX y XXI, Armani transformó la manera de vestir al introducir un estilo que combinaba sobriedad, modernidad y sofisticación.

Su propuesta de sastrería suave y minimalista rompió con los rígidos códigos de la moda masculina de los años setenta y ochenta. Su gran salto llegó en 1980, cuando Richard Gere vistió sus trajes en American Gigolo, proyectando al diseñador italiano al estrellato internacional. Desde entonces, su firma se convirtió en sinónimo de lujo discreto y elegancia atemporal.

Armani no solo vistió a actores y músicos, sino también a atletas, modelos y figuras políticas de todo el mundo. Estrellas como Cate Blanchett, Leonardo DiCaprio, Lady Gaga y hasta la Selección Italiana de Fútbol llevaron sus diseños, confirmando su capacidad para trascender generaciones y estilos.
Con el paso del tiempo, su marca se expandió más allá de la moda: perfumes, decoración, restaurantes, hoteles y hasta proyectos de arquitectura llevaron el sello Armani, consolidando un imperio que supo mantenerse independiente de los grandes conglomerados de lujo. Esa autonomía fue parte esencial de su filosofía: la moda debía ser fiel a una visión, no a las presiones del mercado.

Aunque Armani partió, su legado permanece vivo. Su influencia es palpable en las pasarelas, en la cultura pop y en la vida diaria de quienes adoptaron su visión de vestir con naturalidad, elegancia y confianza. Para Italia, su nombre seguirá siendo un símbolo de orgullo nacional y para el mundo, una lección de creatividad, disciplina y estilo.
