Daniela Alanis Mendez
21 nov 2025
Cada año, en esta fecha, el mundo conmemora el Día Mundial de la Televisión, una efeméride proclamada en 1996 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el propósito de reconocer la influencia y el papel fundamental que este medio desempeña en la difusión de información, la formación de la opinión pública y el desarrollo de las sociedades.
Aunque la llegada del internet transformó de manera radical la forma en que las personas consumen contenidos audiovisuales, la televisión continúa siendo un pilar del ecosistema mediático global. Su capacidad para informar, entretener y conectar a millones de personas la mantiene vigente, incluso en un entorno saturado de plataformas digitales y redes sociales.
La elección del 21 de noviembre no fue fortuita. Ese día, en 1996, se realizó en la ONU el Primer Foro Mundial de la Televisión, encuentro que reunió a directivos, periodistas y expertos de diversas regiones para reflexionar sobre el futuro del medio y su responsabilidad social. Tras el evento, la Asamblea General emitió la resolución A/RES/51/205, que estableció oficialmente la efeméride.
La declaración subrayó “el impacto de las comunicaciones geo-televisivas en el escenario presente mundial”, al tiempo que invitó a los Estados a promover intercambios de programas orientados a la paz, la seguridad, el desarrollo económico y la cultura.
Desde entonces, el Día Mundial de la Televisión se ha convertido en un espacio para valorar la función informativa del medio y su contribución al entendimiento entre las naciones.
Desde que el ingeniero escocés John Logie Baird presentó la primera demostración pública de televisión en 1926, este invento no solo revolucionó la comunicación, sino que abrió una ventana al mundo que transformó la vida cotidiana. A lo largo de casi un siglo, la televisión ha acompañado a millones de personas en momentos históricos, eventos deportivos, coberturas de crisis, fenómenos culturales y producciones de ficción que marcaron generaciones.
Si bien el consumo mediático ha cambiado, la televisión mantiene su relevancia. La ONU destaca que, pese a la proliferación de pantallas y formatos, el número de hogares con televisores sigue creciendo.
En México, datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) confirman esta vigencia:
• El 74% de la población consume contenidos en televisión abierta.
• El 55% lo hace mediante internet.
• Entre los televidentes de TV abierta, el 50% prefiere noticiarios, el 46% películas y el 33% telenovelas.
• En promedio, las personas dedican 2.3 horas diarias a ver TV abierta y 3 horas a contenidos digitales.
Estas cifras reflejan que, pese al auge del streaming, la televisión sigue siendo un espacio de referencia para la población mexicana.
Más allá del entretenimiento, la televisión tiene una función social determinante. La ONU la reconoce como una herramienta clave para:
• Promover la paz y la resolución pacífica de conflictos.
• Impulsar el desarrollo mediante contenidos educativos.
• Garantizar información objetiva, verificable y de interés público.
• Fomentar la diversidad cultural y el pluralismo mediático.
En su portal oficial, la organización recuerda que “la televisión sigue siendo la mayor fuente de consumo de video en el mundo”, y que su compromiso informativo continúa siendo esencial en un contexto donde la desinformación se propaga con rapidez a través de plataformas digitales.
Como parte de su labor comunicativa, la ONU opera ONU Videos, un canal con contenidos informativos y documentales en sus seis lenguas oficiales—árabe, chino, español, francés, inglés y ruso—con un enfoque educativo, social y humanitario.
Más allá de las estadísticas, la televisión representa un elemento profundamente arraigado en la vida familiar. Para muchas personas, es un símbolo de convivencia y memoria colectiva: las caricaturas de la infancia, los melodramas que paralizaban a las audiencias, las finales deportivas celebradas en comunidad, o las coberturas históricas que marcaron épocas.
Durante décadas, la sala de los hogares se convirtió en el punto de encuentro donde familias enteras siguieron historias narradas por conductores, periodistas, actores y productores respaldados por el trabajo silencioso de guionistas, técnicos, camarógrafos y especialistas que dieron vida a los programas más influyentes del siglo XX y principios del XXI.
Aun en tiempos de streaming y dispositivos móviles, la televisión permanece encendida en millones de hogares, recordándonos que su función no se limita al entretenimiento: también ha sido guía, compañía y ventana al mundo.
Con la llegada de las plataformas digitales, la televisión no desapareció: se transformó. Hoy convive con redes sociales, aplicaciones de streaming, video a demanda y transmisiones en vivo desde cualquier dispositivo.
Esta convergencia ha permitido que los contenidos televisivos lleguen a nuevas audiencias y que las cadenas amplíen su influencia más allá de la pantalla tradicional. La UNESCO señala que la interacción entre formatos emergentes y tradicionales genera oportunidades para elevar la conciencia sobre los problemas globales que enfrentan las sociedades.
Informar, educar y entretener ya no ocurre solo desde un televisor, pero este sigue siendo el eje desde el cual se articulan muchas narrativas audiovisuales.
En un mundo donde las formas de comunicación evolucionan a gran velocidad, la televisión continúa siendo uno de los medios más confiables y accesibles. Su capacidad para llegar a lugares remotos, su función informativa durante emergencias y su rol en la formación de opinión pública la mantienen como un actor indispensable dentro del ecosistema mediático global.
Este 21 de noviembre, la conmemoración del Día Mundial de la Televisión no solo celebra la historia de un invento que transformó la comunicación, sino que también invita a reflexionar sobre la responsabilidad de producir contenidos de calidad, veraces y socialmente útiles.
La televisión, con todas sus transformaciones, sigue siendo una ventana al mundo, una herramienta de cohesión social y un medio que tiene aún mucho que aportar en la construcción de un futuro más informado y consciente.