Daniela Alanis Mendez
8 sep 2025
Asesinó a tres de sus familiares con hongos venenosos en Australia.
La australiana Erin Patterson fue condenada este lunes a cadena perpetua, con un período mínimo de 33 años sin posibilidad de libertad condicional, por el asesinato de tres de sus familiares y el intento de homicidio de una cuarta persona, a quienes sirvió un platillo preparado con hongos venenosos.
Durante la audiencia, Patterson, de 50 años, se mostró impasible, aunque abrió los ojos al ponerse de pie para escuchar la sentencia.
Por cada uno de los tres asesinatos recibió cadena perpetua, y 25 años adicionales por el intento de asesinato. Todas las condenas se cumplirán de manera simultánea, por lo que podrá solicitar la libertad condicional en 2056, a los 83 años.
En julio de 2023, Patterson organizó un almuerzo en su casa y sirvió a sus invitados un solomillo Wellington mezclado con hongos tóxicos. Murieron Don y Gail Patterson —padres de su exesposo, Simon Patterson— y Heather Wilkinson, hermana de Gail. El cuarto comensal, Ian Wilkinson, esposo de Heather, logró sobrevivir tras una larga recuperación.
De acuerdo con la investigación, Patterson planeó el encuentro con la intención de matar a todos los invitados. Incluso cuando los afectados fueron hospitalizados, no colaboró con los médicos ni reveló que habían ingerido hongos silvestres.
El juez Christopher Beale destacó la “planificación sustancial” de los crímenes y la falta total de compasión de la acusada. Señaló además que Patterson intentó ocultar pruebas, mintió a la policía y desechó utensilios usados durante la comida.
Aunque la fiscalía solicitó prisión perpetua sin libertad condicional, el juez tomó en cuenta las duras condiciones de aislamiento que Patterson enfrenta en prisión debido a su notoriedad, por lo que estableció un período mínimo de 33 años.
“Solo usted sabe por qué cometió estos crímenes. Infligió un sufrimiento indescriptible a sus propios hijos, a quienes les arrebató a sus abuelos”, declaró Beale.
Ian Wilkinson, la única víctima sobreviviente, ofreció públicamente perdón a Patterson, aunque pidió justicia para sus familiares asesinados. “Ya no soy su víctima; ella se convirtió en la víctima de mi bondad”, expresó.
Por su parte, Simon Patterson, exesposo de Erin, señaló que los crímenes privaron a sus hijos de la relación con sus abuelos, algo que calificó como una pérdida irreparable.
Tras la lectura de la sentencia, Patterson mantuvo su inocencia y reiteró que todo se trató de un “trágico accidente”. Sin embargo, el jurado la había declarado culpable tras un juicio de 11 semanas.
La mujer tendrá hasta el 6 de octubre para presentar una apelación contra su condena o sentencia.
